Su patrimonio arquitectónico está compuesto por la magníficala Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, de planta de salón del siglo XVI, y con una airosa torre del siglo XVII. El retablo del altar mayor es de estilo barroco y representa la Anunciación y la Adoración de los Pastores, pero es la figura barroca del Santo Cristo del Consuelo, ubicada en una capilla preferente, la que más devoción despierta entre los dezanos.
También sobresale su edificio civil principal, la casa fuerte de los Fernández Abarca, conocido popularmente como "palacio de los Finojosa", de planta cuadrada, con dos torres y patio de dos plantas porticado de ocho columnas de fuste cilíndrico y arcos rebajados, dónde actualmente se encuentra ubicado el Ayuntamiento. Adosada a él se conserva la puerta de San Martín, una de las antiguas entradas a la villa en época moderna.
Destacan en su entramado arquitectónico varias casas blasonadas, así como algunos restos de la muralla, de origen árabe, que rodeaba la población medieval.
Se conserva, aunque ligermente reformada, la que es, sin duda, la plaza de toros más antigua de la provincia en su emplazamiento original, excavada a pico y rodeada de paredes naturales con restos de túnel y con forma de herradura.
Tambien es significativo el barrio de la Taranzana, construido en las últimas décadas del siglo XIX, donde se establecieron los últimos alfafreros que trabajaron en la villa. Embutidos en el paisaje urbano se conservan algunos restos de la infraestructura hidraúlica que atravesaba el casco urbano y de los antiguos molinos harineros que se beneficiaban de ella.
Otros edificios notables son:
El torreón del duque de Medinaceli, actualmente restaurado, que formaba parte de su antigua residencia en la villa, situado en La Fortaleza.
La Casa Alta, edificio medieval, en estado de abandono.
El Palacio de las Yáñez de Barnuevo.
Las ermitas de La Soledad, San Antonio y San Roque, esta última recientemente restaurada. Hubo en la villa otras cuatro ermitas (San Roque el Viejo, San Sebastián, Santa Ana y San Blas) de las que únicamente se conservan restos de la de San Blas